El visado de recetas en el Sistema Nacional de Salud
Desde los comienzos de la seguridad social hasta nuestros días, el gasto en medicamentos ha sido un constante quebradero de cabeza de los gobiernos y de los directivos del sistema de salud.
Desde los comienzos de la seguridad social hasta nuestros días, el gasto en medicamentos ha sido un constante quebradero de cabeza de los gobiernos y de los directivos del sistema de salud.
Hace apenas unos meses todos nos felicitábamos de las excelencias de nuestro Sistema Nacional de Salud y nuestros dirigentes políticos incluso fanfarroneaban diciendo que era uno de los mejores del mundo. Hoy la situación es completamente distinta. El COVID-19 ha puesto de manifiesto sus debilidades y algunos cuestionamos su viabilidad si se mantiene el modelo actual.
Con motivo de la reducción del gasto sanitario público, consecuencia de la profunda crisis económica, todos hemos temido, y con razón, un recorte profundo de las prestaciones del Sistema Nacional de Salud, e incluso dudando sobre su supervivencia. Ante esta situación, se ha puesto de manifiesto la muy favorable valoración que hacen los españoles sobre la sanidad pública y su disposición a movilizarse para defenderla. Se ha reivindicado con firmeza el crecimiento de su dotación presupuestaria, la gestión directa de sus centros, y la ampliación de su cartera de servicios. Sin embargo, pocos han entrado a valorar uno de los problemas más importantes de nuestro sistema, que no es otro que la gestión de sus profesionales.
En 1993 se publicó un artículo en el New England Journal of Medicine sobre los enormes costes administrativos de los hospitales de Estados Unidos, que tuvo una importante repercusión entre los administradores sanitarios de nuestro país . Se publicaron incluso artículos en la prensa no profesional comparando las ineficiencias de aquel sistema de salud con las nuestras. Los mismos autores han publicado varios trabajos con posterioridad en la misma prestigiosa revista comparando los costes administrativos de su sistema de salud con los de Canadá y del Reino Unido, con resultados siempre muy desfavorables para el de Estados Unidos.
Hace unos días un periódico local publicaba una carta al director de un paciente atendido en un hospital público. En el escrito contaba su experiencia en el centro sanitario.
La actividad propia de los servicios de salud, su función de producción, se caracteriza por un procesamiento intensivo de información, motivo por el que las TIC se han convertido en un instrumento imprescindible para la práctica clínica.
El Sistema Nacional de Salud se enfrenta a varios retos, que no por ser bien conocidos deben dejar de recordarse. El envejecimiento de las población, las enfermedades crónicas, las nuevas tecnologías sanitarias siempre de mayor coste y el crecimiento del gasto sanitario.
Los sistemas de salud de los paises occidentales se enfrentan a las ya conocidadas dificultades del envejecimiento de la población cuya consecuencia es el aumento de las enfermedades crónicas y degenerativas.
Con motivo de la reducción del gasto sanitario público, consecuencia de la profunda crisis económica, todos hemos temido, y con razón, un profundo recorte de las prestaciones del Sistema Nacional de Salud, e incluso dudando sobre su supervivencia.
Las sociedades científicas del ámbito sanitario, además de difundir el conocimiento, apoyar la investigación y promover mejoras en el sistema de salud; cumplen una importante función de asesoría, apoyo, crítica y demandas relacionadas con su colectivo profesional, que se dirigen tanto al gobierno de la nación, como a los autonómicos.
Seguridad de pacientes y tecnologías de la información