En nuestro sistema de salud es imprescindible integrar los dos niveles asistenciales para poder proporcionar una asistencia de excelencia a una población más envejecida y con una prevalencia creciente de enfermedades crónicas. Para esta organización tienen un papel de la mayor importancia los médicos de familia, los médicos internistas y los profesionales de enfermería, especialmente la enfermera de enlace.
Cualquier gestor de lo público y de lo privado sabe que debe centrarse en la esencia de su negocio para evitar distracciones y costes innecesarios. El coste de oportunidad del mayor gasto en transporte sanitario es enorme, porque va en detrimento de la atención primaria o de las listas de espera, o de ambas.
La crisis de los sistemas de salud de los países occidentales
La difícil situación que presenta nuestro Sistema Nacional de Salud se repite en otros países de la OCDE, que también mostraron durante la pandemia por COVID-19 su insuficiente preparación y planes inapropiados para responder a la emergencia.
Derechos fundamentales, corrupciones y corruptelas durante los estados de alarma
En España, durante la pandemia por la COVID-19, tanto el Congreso de los Diputados como el Senado, y también los parlamentos autónomos, abdicaron de su obligación de controlar al Gobierno durante los sucesivos estados de alarma. Esta renuncia fue declarada inconstitucional porque limitaba el derecho a la participación política de los diputados y una de las obligaciones del Congreso es el control de la acción del Gobierno, más importante todavía cuando los derechos fundamentales de los ciudadanos están limitados.
Cuando se presenta un nuevo caso de corrupción, todos los partidos siguen rigurosamente el mismo protocolo, que consiste, más o menos, en primer lugar en mostrar incredulidad; luego indignación; después se asegura que se mostrarán implacables y colaborarán con la justicia; continúan por emplear la táctica del “y tú más”; siempre se muestran esquivos cuando se les pide información; en el momento en que es irremediable se destituye a alguien o se exigen dimisiones confiando en que la marea no alcance a los cargos superiores, y nunca dan cumplidas explicaciones a los ciudadanos.
La evaluación del desempeño del Sistema Nacional de Salud frente a la pandemia por COVID-19
Según el informe, una parte de los errores cometidos se debió a problemas preexistentes en el sistema sanitario. Entre ellos, se menciona la distancia entre la salud pública y los niveles asistenciales, que además se amplió por las deficiencias en los sistemas de vigilancia epidemiológica. A todo ello se sumó la falta de un sistema nacional de información. La pandemia también puso en evidencia el distanciamiento o desconocimiento entre el entorno sanitario y el sociosanitario, así como la falta de protocolos previos en las residencias de personas mayores.
De todos es conocido el delicado momento en que se encuentra nuestro sistema de salud, cuyas listas de espera han batido todos los registros históricos y cuya red de atención primaria ofrece una accesibilidad muy mejorable. Podría esperarse que el acuerdo presupuestario reflejara estos problemas y se arbitraran los recursos y los compromisos necesarios para su solución, o al menos mejora.
Todos los años se repite la misma situación y al parecer ningún año se propone ninguna innovación para mejorar los planes de contingencia, que se muestran claramente insuficientes.
Todo el discurso del PSOE se vino abajo en el mismo momento que ha sido necesario modificarlo para asegurar la investidura de su candidato a presidente
Es necesario un cambio de modelo que garantice la equidad y por lo tanto, que se financie con fondos públicos, que permita una gestión más eficiente de los recursos y que no se empeñe en una autarquía propia de otros tiempos. Es indispensable que los recursos públicos no se gestionen como cualquier negociado de la administración pública, que la política de gestión de profesionales no consista en la tramitación administrativa de los asuntos de personal, que la contratación de recursos externos tenga su base y su razón de ser en la calidad, y que se aprovechen todos los recursos públicos y privados.
Cuando termina el período punta de las vacaciones y todas las comunidades tienen
su gobierno constituido, es el momento de volver a pensar sobre nuestro maltrecho
sistema de salud y sobre qué se puede hacer para que vuelva a ser la joya de la corona de nuestro estado de bienestar. La campaña electoral fue pobre en ideas y propuestas sobre la materia, y los discursos de investidura tampoco han sido especialmente brillantes en lo que se refiere a salud. Ahora es el tiempo de los gestores y de los técnicos, que son quienes deben proponer a la clase política qué hacer para salir de la situación actual.
Ya se han celebrado las elecciones municipales y autonómicas, y nos encontramos de nuevo en campaña electoral. El sistema de salud no ha sido uno de los asuntos importantes en las elecciones autonómicas y tampoco aparece por ningún lado entre la marejada de noticias sobre coaliciones y listas electorales que soportamos cada día. Es como si el problema no existiera o peor aún, no le importara a nadie. Más allá de los tópicos habituales, como los referidos a la “privatización” o la “defensa de la sanidad pública” o las menciones de pasada a las listas de espera o a la atención primaria, ningún partido ha mencionado cuáles son sus propósitos para mejorar nuestro sistema de salud.
La sucesión de huelgas de médicos durante los últimos meses ha tenido como consecuencia una mejora de sus retribuciones, la limitación del número de consultas diarias, la necesidad de autorización del médico para incluir nuevos pacientes cuando su agenda está completa, y la creación de consultas “de rebosamiento” para evitar las listas de espera en el primer nivel de atención.
Lagunas en la protección de la confidencialidad de la información clínica
La seguridad de la información clínica es consustancial a la asistencia sanitaria. Las leyes de protección de datos y de derechos del paciente han reforzado el concepto de secreto profesional de los médicos y otras profesiones de salud, porque ahora también se sanciona a aquellos profesionales que acceden indebidamente a la información clínica sin causa justificada, aunque guarden secreto de esa información.
Después de la pandemia por COVID-19 el Sistema Nacional de Salud se encuentra en una difícil situación que no parece mejorar con el transcurso del tiempo. Los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, que corresponden a junio de 2022, lo que en sí mismo es un dato, indican que el número de pacientes en lista de espera quirúrgica es de 742.518 personas con una demora promedio de 113 días. Un 17,6% de esos pacientes esperan más de 6 meses su intervención quirúrgica.
CUANDO se ocupa un cargo público se debe hacer frente a un conflicto de intereses cada vez que se adopta una decisión, porque con frecuencia colisionan el interés general, el interés de partido y el interés personal. La decencia exige primar siempre el interés general en el marco del Estado de derecho. Lo que distingue a los estadistas de los políticos a secas es precisamente que aquellos mantienen siempre la primacía del interés general.
Equidad, universalidad y cohesión en el Sistema Nacional de Salud
Lo más llamativo de este proyecto de ley son los artículos que se refieren a la gestión y administración de las estructuras y servicios públicos que integran
el Sistema Nacional de Salud, artículos que tampoco tienen nada que ver con la equidad, con la cohesión o con la universalidad.
Los tópicos de siempre sobre la gestión pública o privada sazonados con palabrería insufrible
El Gobierno ha aprobado el anteproyecto de ley que modifica diversas normas para consolidar la equidad, universalidad y cohesión del Sistema Nacional de Salud (SNS). Esta norma modifica algunos aspectos de la le-
gislación anterior, referidos a la gestión pública y privada de los centros y servicios asistenciales, la universalización de la asistencia y la cartera común de servicios, entre otros. Como es habitual desde hace
cierto tiempo en las disposiciones legales, se aprecia el empleo indiscriminado de latiguillos, tópicos, lugares comunes, y redundancias, sin mencionar errores de concordancia de género y número.
El crecimiento de la lista de espera es un fenómeno que ya existía antes de la pandemia y la pérdida de satisfacción se ha objetivado en el último barómetro sanitario. El sistema de salud tiene que cambiar de estrategia y proponerse hacer las cosas de otra manera para que continúe siendo nuestro bien más preciado
Cualquier diligencia precisa pedir cita, por internet o por teléfono, pero en algunos organismos oficiales es mejor no intentarlo, porque es imposible
E l pasado día 10 de febrero un respetado médico de familia y director de un centro de salud compareció con otros compañeros en la Comisión de Salud del Parlamento de Navarra para informar sobre la situación de la red de Atención Primaria de esta comunidad. Pronunció una frase que sintetiza a la perfección la situación no solo de Atención Primaria, sino del conjunto del sistema de salud. En esa declaración aseguró que el objetivo para la Atención Primaria debe ser “que el paciente sea el centro del sistema”, “ya que ahora no lo es”.
Es el momento de respaldar como es debido, y no solo con palabras, a quienes se esfuerzan todos los días en diagnosticar, tratar y cuidar a los enfermos con y sin covid
NUESTRO sistema de salud arrastra desde hace tiempo importantes problemas, agravados por la pandemia. Para mejorar esta situación se ha presupuestado
una importante cantidad, que procede de fondos europeos, para alta tecnología en los hospitales y para mejorar las estructuras de atención primaria.
Se cumplen casi dos años desde que comenzó la pandemia en España, y más de dos desde que comenzó en China. Aunque todavía no hayamos superado esta pesadilla que ha cambiado nuestras vidas, conviene analizar algunas de las cosas que se han hecho bien, pero también las que han sido y son manifiestamente mejorables, con la remota esperanza de que mejoren.
La Atención Primaria, como otros muchos servicios de la Administración Pública, padece del adanismo de nuestra clase política que casi nunca reconoce ni continúa el trabajo del gobierno anterior. En la práctica una de las consecuencias de ese adanismo es la falta de estrategia y de planes de gestión dignos de ese nombre.
Nuestro sistema de salud ha resistido, pero quedan importantes problemas en los dos niveles asistenciales sin que se conozca plan alguno para remediarlos
Nuestro sistema de salud se encuentra en una encrucijada a causa de su difícil situación. Antes de la pandemia ya se cuestionaba su sostenibilidad y ahora la preocupación es o debería ser mucho mayor. Esta situación obliga a definir su estrategia durante los próximos años, lo que supone elegir entre dos opciones. La primera opción es la clásica, aumentar el gasto, hacer planes y repetir tópicos del tipo “potenciar la Atención Primaria”, “centrar el sistema en el paciente”, “compromiso con la sanidad pública” y otros similares. La segunda opción es la de la innovación, que intentaría buscar otro camino que también defienda el sistema de salud, que esté centrado en el paciente y no en la organización de los servicios, que razone y justifique los aumentos de gasto y las inversiones, y que busque la excelencia evitando el coste de la no calidad.
El Gobierno, con motivo de la campaña de promoción de los indultos, no ha mencionado, que se sepa, los millones que costó el festejo
Tecnologías de la información y de la comunicación en el sistema de salud después de la pandemia
La pandemia ha traído consigo un cambio de perfil epidemiológico cuyas consecuencias, aunque todavía es pronto para concretarlas, tendrán un gran impacto por la importante demanda de recursos que supone. El empleo de las tecnologías de la información y de la comunicación resulta imprescindible para poder hacer frente a todos estos desafíos.
Los ciudadanos y los contribuyentes estamos más que cansados de dirigentes políticos irrespetuosos
Lo que necesita la atención primaria es una profunda reforma, que actualice su cartera de servicios y su organización, además de una retribución de sus profesionales que los valore
Desde los comienzos de la seguridad social hasta nuestros días, el gasto en medicamentos ha sido un constante quebradero de cabeza de los gobiernos y de los directivos del sistema de salud.
Ya es momento de pensar en el nuevo Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, porque la pandemia ha puesto en evidencia sus carencias. Los cambios no pueden limitarse a los habituales.
La crisis del Sistema Nacional de Salud cuestiona su viabilidad
Hace apenas unos meses todos nos felicitábamos de las excelencias de nuestro Sistema Nacional de Salud y nuestros dirigentes políticos incluso fanfarroneaban diciendo que era uno de los mejores del mundo. Hoy la situación es completamente distinta. El COVID-19 ha puesto de manifiesto sus debilidades y algunos cuestionamos su viabilidad si se mantiene el modelo actual.
El sistema de salud necesita transformar la gestión de sus profesionales
Con motivo de la reducción del gasto sanitario público, consecuencia de la profunda crisis económica, todos hemos temido, y con razón, un recorte profundo de las prestaciones del Sistema Nacional de Salud, e incluso dudando sobre su supervivencia. Ante esta situación, se ha puesto de manifiesto la muy favorable valoración que hacen los españoles sobre la sanidad pública y su disposición a movilizarse para defenderla. Se ha reivindicado con firmeza el crecimiento de su dotación presupuestaria, la gestión directa de sus centros, y la ampliación de su cartera de servicios. Sin embargo, pocos han entrado a valorar uno de los problemas más importantes de nuestro sistema, que no es otro que la gestión de sus profesionales.
En 1993 se publicó un artículo en el New England Journal of Medicine sobre los enormes costes administrativos de los hospitales de Estados Unidos, que tuvo una importante repercusión entre los administradores sanitarios de nuestro país . Se publicaron incluso artículos en la prensa no profesional comparando las ineficiencias de aquel sistema de salud con las nuestras. Los mismos autores han publicado varios trabajos con posterioridad en la misma prestigiosa revista comparando los costes administrativos de su sistema de salud con los de Canadá y del Reino Unido, con resultados siempre muy desfavorables para el de Estados Unidos.
La decisión de potenciar las consultas telefónicas es razonable e inevitable, pero es imprescindible que se explique con claridad
a los ciudadanos los motivos y los objetivos de esta medida
El autor asegura que el actual sistema de salud es insostenible por lo que debe cambiar el modelo de gestión y pasar de la autarquía a la cooperación público-privada
El cambio del modelo de sistema de salud y en la gestión de sus profesionales debe ser objeto de un compromiso de los grupos políticos para no convertirlos en objeto de su batalla diaria.
Los partidos políticos se empeñan en insultar la inteligencia de los
ciudadanos, tanto la de sus electores como la de quienes no les han votado
El mundo está muy preocupado por una pandemia producida por un coronavirus que comenzó en China, donde ha causado 3.218 fallecidos, y su propagación ha infectado a más de 170.000 personas en todos los países afectados, 6.668 han fallecido y más de 77.000 se han recuperado.
En todas las comunidades autónomas surge periódicamente el debate sobre las listas de espera, casi siempre promovido por los partidos de la oposición, que ven en la demora para ser atendido por el sistema público un asunto para incomodar al gobierno
Los conciertos con centros privados en el Sistema Nacional de Salud: menos tópicos y más rigor
Cuando nuestros dirigentes repiten sin vacilar que su política se basa en los principios de subsidiaridad y complementariedad, piensan que con ello limitan o ponen cortapisas a los conciertos.
Hace unos días un periódico local publicaba una carta al director de un paciente atendido en un hospital público. En el escrito contaba su experiencia en el centro sanitario.
La estrategia de tecnologías y sistemas de información de salud
La actividad propia de los servicios de salud, su función de producción, se caracteriza por un procesamiento intensivo de información, motivo por el que las TIC se han convertido en un instrumento imprescindible para la práctica clínica.
El Sistema Nacional de Salud se enfrenta a varios retos, que no por ser bien conocidos deben dejar de recordarse. El envejecimiento de las población, las enfermedades crónicas, las nuevas tecnologías sanitarias siempre de mayor coste y el crecimiento del gasto sanitario.
La explotación de grandes fuentes de datos en salud: oportunidades, retos y límites
Los sistemas de salud de los paises occidentales se enfrentan a las ya conocidadas dificultades del envejecimiento de la población cuya consecuencia es el aumento de las enfermedades crónicas y degenerativas.
Además de la movilización de las mujeres del pasado 8 de marzo, en los últimos meses se ha presentado un fenómeno nuevo en nuestra sociedad. Todo comenzó cuando los pensionistas recibieron una carta que les anunciaba una subida de la pensión del 0,25%.
Con motivo de la reducción del gasto sanitario público, consecuencia de la profunda crisis económica, todos hemos temido, y con razón, un profundo recorte de las prestaciones del Sistema Nacional de Salud, e incluso dudando sobre su supervivencia.
Las sociedades científicas del ámbito sanitario, además de difundir el conocimiento, apoyar la investigación y promover mejoras en el sistema de salud; cumplen una importante función de asesoría, apoyo, crítica y demandas relacionadas con su colectivo profesional, que se dirigen tanto al gobierno de la nación, como a los autonómicos.
La seguridad de pacientes, que es un componente indiscutible de la calidad asistencial, se define como la ausencia de daño innecesario, real o potencial, asociado a la atención sanitaria.